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Día 30. Escribí tu día en cuatro escenas

Escena I
Suena la alarma. Tengo una bombucha de agua en lugar del globo ocular. Significa que estaba durmiendo con intensa profundidad. Estiro este limbo cinco minutos más. Diez. Y veinte me levanto, ebria de sueño y con olor a sábana revuelta.

Escena II
Virrey del Pino, estoy por llegar al tramo donde la vereda se afina, pasando Plaza Portugal, debajo del puentecito del tren. Delante de mí, un nene surca la mañana con su monopatín. La madre lo escolta, con mochila y restos de uniforme. Si no los paso ahora, a la altura de la rayuela pintada en el pavimento, me quedo condenada a caminar a paso tortuga hasta Moldes. Tomo coraje y respiro. Hago un pique, estoy mano a mano con el vehículo aniñado. Nos miramos de reojo. Lo paso.

Escena III
Tengo sueño, estoy al borde de la hora en que me pierdo y comienzo mi mutación en koala. Se me bambolea la cabeza. Di con el asiento de prioridad y lo ocupé, sin mucho miramiento. Ruego que no se suba una panza prominente ni un bastón tirador de rayos láser. Me di el lujo y ahora siento culpa. Reclino el cuello hacia la izquierda, mi cara se estampa contra el acrílico como un cuadro de Dalí. Dormito en vigilancia.

Escena IV
Estoy desorientada. El calendario marca agosto; la temperatura, octubre. Este desfasaje me perturba, siento que estoy espiando una escena que debería permanecer velada. La transpiración se junta bajo mis axilas, tengo remera de manga larga porque me rehúso a vestirme con otra ropa que no sea la de invierno. Cargo el tapado como un escudo, en el antebrazo. La lana de la bufanda me pica, no puedo dejar de moverla: la enrosco en mi cuello y la suelto, enrosco y suelto, con el ritmo de mis pasos. Sin el cuello tapado en agosto me siento indiscreta, parcialmente desnuda, algo no está en su lugar. Confirmo que en materia de vestimenta no puedo dejar de regirme por el calendario, esa ficción que nos abarca y moldea de manera tan dañina.

About the author Soledad Arienza

Me fascinan las cúpulas de Buenos Aires y el hall del Teatro San Martín. Siento predilección por algunas estaciones de la línea A. Me gusta el verano. Amo la papelería, en general, y los cuadernos y libretas, en particular.

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