Lo inmaterial puede ser, también, el vacío que dejan la muerte, la partida, la ruptura, el cierre de los portones que nos conducen a un lugar en el que fuimos felices.
Read MoreProsa
Relatos, ejercicios, retratos, reflexiones, fragmentos inclasificables…
Crónica felina
El año que viene voy a tener un gato. No es un vaticinio, es una decisión. Hasta hace un año y medio, los felinos estaban fuera de mi vocabulario afectivo. Una cambia en varios planos cotidianos, incluso en las atracciones animales. Incorporé a los gatos dentro de mi escala afectiva, así como también me modifiqué en otros aspectos. Por ejemplo, el desayuno. Ya no tomo yogur con kiwi y granola con leche. Reemplacé esta última por dos tostadas negras semilladas con queso untable y dejé al kiwi triturarse solo entre mis molares. También cambié el orden en que hago las acciones de la ducha: ya no más cuerpo y después cabeza, ahora integro. Shampoo, enjuago, pinto cuerpo con jabón, después desenredo, después me sacudo del jabón, luego turbante, por último me envuelvo.
Read MoreDescenso al BAMA
¿Qué razones conducen a las personas al cine un sábado al mediodía? Principios de marzo, térmica de treinta y dos grados en Buenos Aires. Por la 9 de Julio sólo circula algún turista desfasado. Las causas son variadas: el vacío existencial, la necesidad de sombra y aire acondicionado, el tedio, el amor por las películas no pochocleras, las ansias de evasión, el franeleo, la soledad, la paja, la fiaca, el aburrimiento. A mí me lleva la angustia. Hundo mi figura en un recoveco de esta ciudad y, sin transición, emerjo en el cosmos polaco de Cold War. Es la tercera vez que veo esta película, primera con novio, segunda con amiga. Estoy en blanco y negro, busco verme reflejada en la pantalla de este amor pintarrajeado de tragedia.
Read MoreRetazos de viaje II
Cuando estoy de viaje, hago cosas inusuales. Duermo en hoteles, paso muchas horas en aeropuertos, tomo bastante café, cargo valijas de veintiún kilos por escalinatas eternas en estaciones de subte extranjeras, digo con cierto orgullo que soy argentina, digo con más orgullo que soy porteña, viajo en tren, miro mapas, uso capuchas.
Read MoreAntidiálogo
Esto lo dijo ella:
Creo que el color que más me representa es el color uña. Un tenue rosado que va en degradé y no se define. Medio esmerilado, con un centro hueco al que va a parar la “basura de mi mente”. Tiene grietas minúsculas, impactos de los lanzamientos sistemáticos que se producen cada tres noches y media. A estas notas, se les suma un reborde blanquecino con milimétricas rayas transparentes. Esas canaletas hechas con punzón artesanal permiten optimizar la comunicación entre lágrimas y piel.
Apunte urbano
La consigna de esa tarde era hacer equilibrio. Todos los pasajeros jugaron a la cuerda floja. En danza. Torsos y brazos agitados, movimientos al compás de los adoquines. Subían a las gargantas tantos brincos nauseabundos. El colectivo, lleno de acróbatas aficionados. Se elevaban como pelotas saltarinas por el poco aire disponible. Dos señoras entrelazadas hacían una mímica surrealista. La horda circense duró hasta que se escucharon las sirenas del SAME inmiscuirse en los fragmentos de la catástrofe.
Nuestro invento
Esa noche de julio se cortó la luz durante una hora. Con Igor prendimos una vela y la pegamos a la base de un frasco de mermelada vacío. La combinación devino adorno chic, de esos que ponen en los restaurantes de ahora, salvo que el nuestro tenía la etiqueta y nos daba fiaca sacarla para darle un tono más cool.
Read MoreDía 30. Escribí tu día en cuatro escenas
Escena I
Suena la alarma. Tengo una bombucha de agua en lugar del globo ocular. Significa que estaba durmiendo con intensa profundidad. Estiro este limbo cinco minutos más. Diez. Y veinte me levanto, ebria de sueño y con olor a sábana revuelta.
Día 29. Escribí un párrafo de tu libro futuro
Aclaración: me desvié de la consigna. Ocupa más de un párrafo.
Me tienen posando. Si gano, no gano, gana mi dueña un año gratis de Netflix Premium. No paro de sudar. Me estiran el pelo, lo tiñeron de colores varios, catorce, quince con el mío de base. Soy una temática: unicornios. De manera metonímica, o metafórica, o por comparación, lo soy. Se supone. Me tatuaron una cresta en la espina dorsal. Incrustaron una protuberancia a mi frente.
Read MoreDía 28. Estás preparando una cápsula del tiempo para enterrar en el jardín. La van a desenterrar en 500 años. Escribí una carta explicando cómo es la vida hoy.
A quien lea esto en el 2519: estamos en 2019 y soy escéptica, aunque muchos crean que vamos hacia algo mejor. A la vez, descreo del fatalismo. Arde la biodiversidad. Lo tecnológico avanza y con ello retornan prácticas medievales como la tracción a sangre. Hay apps y memes a piacere. Todo pasa por Internet, dicen algunos. Disiento. Las personas se juntan a tomar café. Las parejas se besan y franelean hasta explotar. Se tocan. La gente cocina aún: el delivery nunca podrá reemplazar la comida casera. Internet sabe todo. Disiento. Casi todo. Google nos controla, sabe dónde estamos, a dónde vamos, qué compramos, qué comemos, qué leemos. Todavía no se entera de información de extrema importancia. Secretos, morbos, pasiones, pensamientos, perversiones, deseos, sueños. El Kindle no mató al libro.
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