Si tenés que enseñar poesía, golpeá la pizarra con la tiza de la luz.
No alcanza, no es útil para captar la atención del auditorio.
La poesía no debe ser útil.
Tengo-que-enseñar-poesía.
Escribí. Escribí más allá del tiempo. Hacé escribir a otros. Que se lancen.
No quieren. Dicen que no pueden. ¿Cómo ser el espía de Dios cuando tu auditorio te está enviando señales de odio a través de las llamas de sus ojos?
Es porque están enjaulados. Hacé que se liberen.
¿Cómo?
Con poesía. Que palpen que la palabra poética es darle una voz a las calles sin lengua.
¿Y si no quieren?
¿Quién no quiere crear nuevas noticias?
Hace que experiencien
que poesía
no es
un-tema-más-a-evaluar-en-un-examen
que no es
irrelevante.
Que es
todo
aquello
que los mortales
(no poéticos)
quieren que no sea.

About the author Soledad Arienza
Me fascinan las cúpulas de Buenos Aires y el hall del Teatro San Martín. Siento predilección por algunas estaciones de la línea A. Me gusta el verano. Amo la papelería, en general, y los cuadernos y libretas, en particular.
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31 julio, 2024
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