Hoy les cuento sobre la iniciativa que arranqué en marzo de este año, el Laboratorio de lectura. Hace mucho tiempo que tenía en mente iniciar un proyecto propio que conjugara dos de las actividades que más disfruto: la docencia y la lectura. En el 2019 ese sueño se concretizó: los invito a conocerlo.
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Descenso al BAMA
¿Qué razones conducen a las personas al cine un sábado al mediodía? Principios de marzo, térmica de treinta y dos grados en Buenos Aires. Por la 9 de Julio sólo circula algún turista desfasado. Las causas son variadas: el vacío existencial, la necesidad de sombra y aire acondicionado, el tedio, el amor por las películas no pochocleras, las ansias de evasión, el franeleo, la soledad, la paja, la fiaca, el aburrimiento. A mí me lleva la angustia. Hundo mi figura en un recoveco de esta ciudad y, sin transición, emerjo en el cosmos polaco de Cold War. Es la tercera vez que veo esta película, primera con novio, segunda con amiga. Estoy en blanco y negro, busco verme reflejada en la pantalla de este amor pintarrajeado de tragedia.
Read MoreEnseñás poesía
Si tenés que enseñar poesía, golpeá la pizarra con la tiza de la luz.
No alcanza, no es útil para captar la atención del auditorio.
La poesía no debe ser útil.
Tengo-que-enseñar-poesía.
Read MoreRetazos de viaje II
Cuando estoy de viaje, hago cosas inusuales. Duermo en hoteles, paso muchas horas en aeropuertos, tomo bastante café, cargo valijas de veintiún kilos por escalinatas eternas en estaciones de subte extranjeras, digo con cierto orgullo que soy argentina, digo con más orgullo que soy porteña, viajo en tren, miro mapas, uso capuchas.
Read MoreChe libro ti porteresti nel tuo prossimo viaggio?
Nel mio prossimo viaggio, ci sono tre libri che mi porterei: uno di Alda Merini e due scritti dell’autore tedesco Walter Benjamin.
Read MoreAntidiálogo
Esto lo dijo ella:
Creo que el color que más me representa es el color uña. Un tenue rosado que va en degradé y no se define. Medio esmerilado, con un centro hueco al que va a parar la “basura de mi mente”. Tiene grietas minúsculas, impactos de los lanzamientos sistemáticos que se producen cada tres noches y media. A estas notas, se les suma un reborde blanquecino con milimétricas rayas transparentes. Esas canaletas hechas con punzón artesanal permiten optimizar la comunicación entre lágrimas y piel.
Apunte urbano
La consigna de esa tarde era hacer equilibrio. Todos los pasajeros jugaron a la cuerda floja. En danza. Torsos y brazos agitados, movimientos al compás de los adoquines. Subían a las gargantas tantos brincos nauseabundos. El colectivo, lleno de acróbatas aficionados. Se elevaban como pelotas saltarinas por el poco aire disponible. Dos señoras entrelazadas hacían una mímica surrealista. La horda circense duró hasta que se escucharon las sirenas del SAME inmiscuirse en los fragmentos de la catástrofe.
Nuestro invento
Esa noche de julio se cortó la luz durante una hora. Con Igor prendimos una vela y la pegamos a la base de un frasco de mermelada vacío. La combinación devino adorno chic, de esos que ponen en los restaurantes de ahora, salvo que el nuestro tenía la etiqueta y nos daba fiaca sacarla para darle un tono más cool.
Read MoreDía 30. Escribí tu día en cuatro escenas
Escena I
Suena la alarma. Tengo una bombucha de agua en lugar del globo ocular. Significa que estaba durmiendo con intensa profundidad. Estiro este limbo cinco minutos más. Diez. Y veinte me levanto, ebria de sueño y con olor a sábana revuelta.
